Muchos profesionales y familiares tropezamos con muros enormes pero siempre debemos encontrar una forma de traspasarlos y hacer que nuestros niños sean los héroes de esta sociedad. Mediante nuestra actitud hacia ellos podemos lograr grandes progresos y metas.

 

Como terapeuta en este campo, en primer lugar, quisiera exponer como nos sentimos en nuestro día a día y cuáles son los puntos clave y las cualidades necesarias para seguir caminando por un sendero impredecible y en muchas ocasiones variable debido a las diferentes circunstancias que nos encontramos

1) Cada familia y niño con Trastorno del Espectro Autista (TEA) es único, por ello nos adaptamos a ellos. Este proceso de adaptación se considera la base imprescindible para afrontar las adversidades que te encuentras en la vida, además, conlleva una apertura mental por la que podemos comprender por qué una persona se comporta de una determinada manera y así tolerar sus conductas. Los niños con autismo, en ocasiones muestran conductas mal-adaptativas que debemos tener en cuenta para poder entenderlos mejor y poder ofrecer una respuesta adecuada a dichas conductas.

2) Ser empáticos. A menudo se habla de la capacidad del ser humano de ponerse en el lugar del otro para sentir lo que siente y pensar como piensa. Esta es la definición de empatía. Si lo llevamos a nuestro día a día, nuestras familias necesitan sentirse arropadas y sentir que tratamos a sus hijos como si fuesen nuestros, así como crear un vinculo socio-afectivo en el que perciban que vamos de la mano, y lo más importante, que luchamos juntos. El notar que hay personas que depositan toda su confianza en ti, en las terapeutas de Red Cenit, es una sensación única que inyecta el alma, y un privilegio que en las profesiones que no son vocacionales y en las que no pones el corazón, nunca se podrá sentir. Somos muy afortunadas.

3) El autocontrol emocional es una cualidad imprescindible para tratar con personas con trastornos del neurodesarrollo. Esta característica hace que podamos regular nuestras emociones de forma asertiva, independientemente de lo que pueda suceder en el proceso de intervención.  Cuando tratamos con personas que necesitan estabilidad emocional debemos dar ejemplo y generar en nuestras familias y niños confianza y apoyo. Cuando eres una persona que puede controlar las emociones no quiere decir que no sientas, sino que delante de las otras personas se refleja una fortaleza que implica seguridad hacia ellas y directamente seguridad en uno mismo.

4) Ser pacientes. En nuestra profesión existen procesos largos de terapia en los que pueden ocurrir retrocesos o estancamientos por infinidad de razones externas e internas a la persona. Es importante y responsable saber por qué puede ocurrir y buscar razones, pero en ocasiones se hace complicado encontrar justo lo que buscamos  y nos puede afectar, aunque sabemos que forma parte del proceso. Tener paciencia es una cualidad esencial en el ser humano que hace que podamos ver la vida como viene y que provoca un gran cambio de actitud en uno mismo. Nuestros niños quizás no sepan lo que significa ser pacientes, pero ellos mismos y sus familias lo son porque su día a día es, en muchas ocasiones,  impredecible y contemplarlo desde la paciencia hace que todo vaya mejor.

5) La habilidad de saber comunicar. Las palabras son uno de nuestros principales medios de trabajo. Además, debemos saber comunicar con nuestro lenguaje corporal. Debemos trasmitir mediante la gesticulación mucha confianza y tranquilidad. El hablar desde un punto de vista positivo y poner atención a detalles desde la observación directa, son cualidades vitales para llegar a formar una alianza con los padres, madres, hermanos, hermanas, abuelos, abuelas, tíos, tías, cuidadores, etc., que siempre están atentos a todo lo que les trasmitimos.

6) Saber escuchar de forma activa. Cuando buscan en nosotras un apoyo, debemos recibir sus mensajes con atención e interés; estar atentos a todo lo que nos diga tanto su lenguaje verbal como corporal, comprenderles y retroalimentarles con nuestras respuestas. Como seres humanos, cuando contamos con personas que sabemos que nos escuchan, nos hace sentir especiales.
El acompañamiento a nuestras familias forma parte de nuestro día a día; debemos mantener una actitud relajada, receptiva, cálida, tranquila, cercana y abierta.

Para concluir, quisiera recalcar que los ingredientes estrella de «nuestras recetas» en cada una de las intervenciones terapéuticas son la tenacidad, la persistencia, el optimismo y la autenticidad.

Muchas gracias por dejarnos formar parte de vuestras vidas.

«Hemos sido colocados aquí para aprender lecciones que nos hacen almas más completas»

Vanessa Civera, pedagoga y terapeuta en RED CENIT