Hoy vamos a hablar del Síndrome de Asperger. Cuando escuchamos la palabra Asperger, puede que nos venga a la mente la imagen del famoso protagonista de una serie de éxito, Sheldon Cooper, un personaje muy caricaturizado y parodiado, pero nada más lejos de la realidad. El Asperger no es sólo esa imagen tan radical y parodiada. Detrás de esa faceta exagerada del protagonista hay características que hay que comprender.

Son muchas las personas que han sido etiquetadas como raras, como gente asocial, como personas que sólo miran por sí mismas o cuyos comentarios o acciones resultan hirientes.
No pretendo dar una lista de características propias del Síndrome de Asperger porque no hay un perfil único y hay muchas características que unos tienen y otros no, sino más bien, quiero romper esas ideas que la sociedad tiene sobre ellos, concienciar y sobre todo, normalizar la variedad, la diversidad y la comprensión, que no la compasión porque no es mi idea transmitir que hay que sentir lástima, sino ir un poco más allá de los prejuicios y “muros” mentales que podamos tener en algún momento de la vida.
Sólo dejaré una serie de testimonios que estoy segura de que nos harán comprender muchas situaciones porque solamente con escucharlos, es suficiente.

Es por ello por lo que me centraré en las experiencias, vivencias y sensaciones de diferentes personas adultas con Síndrome de Asperger para poder llegar a comprender el porqué de sus características.

El Síndrome de Asperger es un trastorno del desarrollo, que se incluye dentro del espectro autista, de base neurobiológica, que afecta al funcionamiento social y al espectro de actividades e intereses, además de la comunicación verbal y no verbal, resistencia para aceptar cambios, inflexibilidades del pensamiento, así como poseer campos de interés estrechos y absorbentes.

  • Chicasperger es una mujer con una gran valentía, y fuerza que expresa “Las situaciones sociales obligadas me crean tensión, irritabilidad. Tengo que hacer un gran esfuerzo para pensar qué decir, qué hacer. Socializar me agota y me irrita si tengo que hacerlo de forma obligada” y es muy clara “No me obligues a socializar”.
    Debemos respetarlo, ¿no? No podemos forzar, obligar, ni hacer que un niño socialice o haga las cosas que se han de hacer por convención social. Una cosa es fomentar las habilidades sociales, puesto que son necesarias para la vida diaria, (y como terapeuta, es mi deber ayudar a que los niños sepan desenvolverse en la vida adulta), pero otra es cambiar a la fuerza a una persona; obligar y pretender que de besos a los adultos cada día porque toca; que sonría porque toca; o que hable siempre porque toca. Seamos un poco lógicos y respetemos esos momentos.
  • Aspergenia es otra chica valiente y luchadora que insiste “Puedo ser una mujer en el espectro autista y también puedo ser femenina y sensual, así como también disfrutar de mi apariencia y de la sexualidad. Ya basta de tantos temas tabú y de hacernos encajar en estereotipos de la condición, no debemos parecer un diagnóstico, nos vemos como personas, nos vemos como mujeres”. Y es lo que hemos dicho al inicio, que hay muchos estereotipos de lo que es el Síndrome de Asperger. Miedos, prejuicios y falsas creencias que mucha gente debe de intentar romper. De siempre se ha dicho que no tienen empatía, ¿hay un ejemplo más claro que el hecho de que se esfuercen por escribir sobre sus sensaciones para que la sociedad pueda comprenderles?
  • A lo Aspergiano, también está muy implicado en que la gente comprenda qué significa ser Asperger y que la gente no se tome a mal muchas de sus acciones porque nos dice que “A las personas con TEA nos cuesta hacer contacto ocular o fijar la mirada cuando hablamos con otras personas porque desde que somos muy pequeños a nosotros nos cuesta aprender de forma intuitiva el lenguaje no verbal (gestos, cara…), básicamente es algo que nos tienen que enseñar y por otra razón porque la mirada nos puede llegar a sobrecargar de información a la persona con TEA, el hecho de no saber interpretar de forma intuitiva, nos causa ansiedad […] El que una persona con TEA no haga contacto visual no implica desinterés […] Algunas personas con TEA pueden sentir dolorosa la mirada por la alteración sensorial que les caracteriza”.
  • Otras personas en cambio no modulan el nivel de mirada durante las interacciones sociales llegando incluso a fijar la mirada de una manera excesiva. Mundoaspie comenta “En ocasiones resulto desafiante. Al no apartar la mirada de mi interlocutor, éste piensa que lo estoy desafiando o retando. Otras ocasiones la gente interpreta mi mirada como interés “físico” hacia esa persona, es decir, la persona con la que hablo piensa que mantengo la mirada porque tengo algún tipo de deseo hacia ella/el”.

Respetar, comprender, ser paciente, ir un poco más allá de la parte superficial y no prejuzgar porque, además, el mundo sería muy aburrido si todos fuéramos iguales.

M. Amparo Parreño, logopeda en Red Cenit en Valencia

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