En nuestra vida diaria obviamos un elemento clave en cada pensamiento y acción que desempeñamos, algo previo y simultáneo a todos nuestros movimientos. Eso que nos diferencia de los niños mal llamados torpes: la Función Ejecutiva.

La Función Ejecutiva (FE) es uno de los componentes organizadores y coordinadores subyacentes a todas las actividades cognitivas. Es una actividad propia del lóbulo frontal, más específicamente de sus regiones más anteriores, las áreas prefrontales, y sus conexiones recíprocas con otras zonas del córtex cerebral y otras estructuras subcorticales, tales como los ganglios basales.

El periodo más vital de desarrollo de la Función Ejecutiva ocurre entre los seis y los ocho años. En este periodo los niños adquieren la capacidad de autorregular sus comportamientos y conductas, pueden fijarse metas y anticiparse a los hechos, sin depender de las instrucciones externas. Esta capacidad cognoscitiva está claramente ligada al desarrollo de la función reguladora del lenguaje (lenguaje interior) y a la maduración de las zonas prefrontales del cerebro.

Cuando la Función Ejecutiva sufre una alteración en el desarrollo aparecen algunos de los siguientes síntomas:

-Dificultad para generar conductas con una finalidad.

-Dificultad para resolver problemas de forma planificada y estratégica.

-Incapacidad para prestar atención a distintos aspectos de un problema al mismo tiempo.

-Dificultad para direccionar la atención de forma flexible.

-Problemas para inhibir tendencias espontaneas que conducen a errores.

-Deficiente retención en la memoria de trabajo de información necesaria para una acción.

-Dificultad para captar lo esencial de una situación compleja.

-Nula resistencia a la distracción e interferencia.

-Poca capacidad para mantener la conducta durante un periodo relativamente largo (motivación).

-Falta de habilidad para manejar el tiempo.

Toda esta sintomatología forma parte significativa de los trastornos del neurodesarrollo como por ejemplo:

-Trastorno del Espectro Autista: Explica su rigidez mental, la dificultad para afrontar situaciones nuevas, la limitación de intereses, el carácter obsesivo, su deficiente atención y su dificultad para ponerse en el lugar del otro.

-TDAH: Presentan prácticamente todos los síntomas anteriores. Se les suele diagnosticar entre los 6 y los 8 años (no es norma), periodo de mayor desarrollo de las FE, lo que alimenta la teoría de que es un retraso madurativo cerebral. Su entrenamiento en FE supone siempre una mejora sintomática.

-Trastornos de la conducta: Se entiende la frase ‘’primero hace y después piensa’’. Les cuesta descifrar las intenciones de las otras personas, unido a la dificultad para resolver un problema e inhibir tendencias espontáneas les conduce a malinterpretar, discutir y no detener rabietas. En la mayoría de los casos el diagnosticado con trastorno de conducta busca afecto y admiración, pero no saben cómo conseguirlo.

Antonio Ripollés, psicólogo en RED CENIT Castellón

SI NECESITAS ORIENTACIÓN O AYUDA PARA TU CASO PERSONAL, PUEDES CONSULTARNOS VÍA ONLINE (SECRETARIA@REDCENIT.COM); TELEFÓNICA (96 360 16 16 – 609 759 016); O PRESENCIAL (C/ GUARDIA CIVIL, 23 – VALENCIA).
POSIBILIDAD DE CONSULTA A TRAVÉS DE SKYPE (SOLICÍTANOS INFORMACIÓN SOBRE PRECIOS)