Los divorcios y separaciones son una realidad muy frecuente en nuestra sociedad actual; tanto es así que entre el 40% y 50% de los matrimonios acaban divorciándose hoy en día. Y si para un niño con desarrollo sano y sin necesidades especiales ya es duro, cuando el niño presenta necesidades especiales de cualquier tipo, la cosa se complica.

Como ya hemos explicado en posts anteriores, cuando un niño experimenta un cambio vital importante o cualquier problemática que lo desregula, irrita y limita su correcto funcionamiento en el día a día, nuestra primera recomendación siempre es orden, hábitos y rutinas estables, a poder ser por escrito o con apoyo visual.

¿Por qué? Porque lo que más inseguridad da a un niño siempre es que el entorno o las personas de referencia no sean consistentes.

Cuando un niño tiene dificultades para comprender lo que ocurre a su alrededor, así como para expresar de forma adecuada lo que siente, la mejor forma de enseñarle algo es presentárselo de forma organizada y repetitiva, con las mínimas variaciones posibles para que, a base de experimentarlo muchas veces de la misma manera, lo integre y sea capaz de anticiparlo y prepararse para ello. De esta forma, aunque siga siendo algo que no le guste y les genere tensión, le damos la oportunidad de mentalizarse y el cambio, al no ser tan inesperado, no les cuesta tanto.

Si para cualquier niño, un cambio en las rutinas y un cambio de domicilio afecta directamente a su estado de alerta y a su estado emocional, estos cambios tienen mayor repercusión en  niños con necesidades educativas especiales. Por un lado porque pueden tener dificultades cognitivas que le impidan entender el por qué del cambio; por otro, porque muchos niños presentan inflexibilidad y resistencia al cambio, ya que los cambios les generan mucho más estrés de lo normal; por último, por tener menor capacidad de adaptación y estrategias de resolución de problemas, con lo que, al estar en un domicilio nuevo, tienen que aprender todas las rutinas de nuevo por su dificultad de generalización y adaptación.

¿Cómo podemos ayudarles?

  • Por supuesto, ante un divorcio trataremos siempre de priorizar el bienestar emocional del niño, lo mantendremos al margen de los conflictos que puedan surgir entre los adultos de los que él no tiene ninguna culpa. No hablaremos despectivamente del otro adulto delante del niño y mostraremos entre nosotros el respeto que toda persona merece aunque tengamos que pasar por alto ciertos asuntos realmente molestos cuando esté el niño presente.
  • Por otro lado, acompañaremos al niño en su sufrimiento, le dejaremos expresar sus sentimientos a su manera. Muchas veces durante este tiempo muestran reacciones exageradas a algunas cositas aparentemente sin importancia y lloran muchísimo más  y durante más tiempo de lo normal.  Es una forma de llorar y sacar el sufrimiento y la tensión que llevan dentro y que no saben sacar de otra forma, así que hay que tener paciencia y acompañarlos diciéndoles que estamos aquí y que todo pasa.
  • Es importantísimo repetirles constantemente cuánto le queréis los dos, y que aunque ya no viváis juntos seguís queriéndolo igual, pero en dos casas distintas.
  • Intentar que las rutinas y normas sean iguales en ambas casas y anticiparle al niño donde va a dormir cada día. Para ello, es muy recomendable hacerle tres agendas visuales idénticas con sus rutinas, una la llevará él encima, y las otras dos, una en cada casa. Esto  le ayudará a comprender, que sin importar el lugar, todo funciona igual. Ésta, sin duda, es la mejor forma de reducir su estrés, aunque exige que los adultos hagan un ejercicio importante de comunicación y lleguen a un acuerdo para hacerlo todo igual por el bien del niño.

¿Cómo hacer la agenda visual?

  • Por un lado está el horario o rutinas, que es que el niño meriende, se bañe, cene y duerma más o menos siempre a la misma hora.
  • Por otro lado están las normas fundamentales. Como la cantidad de tiempo de TV al día, el respeto a las cosas de la casa y a otras personas, etc., que deben ser consensuadas para establecerlas en ambas casas y que, asimismo, en ambas casas ocurra la misma consecuencia en caso de no cumplirlas. Lo ideal es crear un cartel y ponerlo en ambas casas, de esta forma es una ayuda también para los adultos.
  • Y por último la agenda semanal, que dependerá del tipo de custodia pactada en el divorcio. Se trata de hacer una planilla semanal donde cada semana se indica con quién va a estar cada día el niño. Lo ideal es plastificarla y poner velcro en aquellos espacios que vayan a cambiar en función de la semana.

Un ejemplo:

En este caso, si la custodia es monoparental por parte de la madre con régimen amplio de visitas del padre y fines de semana alternos. Los martes el niño va a Terapia Ocupacional asistida con animales y los jueves a piscina. La agenda sería del siguiente modo:

De esta forma, le podemos explicar a niño por la mañana quién le recogerá del cole, si irá a alguna actividad y, lo más importante, donde dormirá. También llevará cada día al cole la tira correspondiente a ese día para que la maestra pueda anticipárselo al nene antes de salir, y en ambas casas para poder recordarle, en caso de ponerse nervioso, donde va a dormir, que es lo que más seguridad les da.

A continuación, puedes descargar la siguiente plantilla, imprimirla, plastificarla y poner velcro en los cuadrados para poder colocar cada día la imagen correspondiente. DESCARGAR

Espero que os sirva de ayuda y como siempre, fomente la autonomía y bienestar de vuestros niños.

María Tudela, es Terapeuta Ocupacional y directora del Centro de Integración Sensorial Red Cenit