Una queja muy frecuente de los padres con respecto a la alimentación de sus hijos es la relativa a la cantidad de comida que deben comer y cómo ponerles límites. A continuación, les mostramos algunas de las señales que pueden indicarnos que nuestro hijo tiende a comer con ansiedad:

  • Come más cantidad de la que necesita, especialmente si lo comparamos con otros niños de su edad.
  • Come muy rápido, siempre termina antes que los demás.
  • Una vez que ha terminado, a menudo pide más.
  • Mientras come se le ve nervioso, muy centrado en el acto de comer. Apenas habla con los demás y no se distrae con nada que le impida seguir comiendo.
  • Tiende a comer entre horas y a quejarse de tener hambre.
  • Observamos que frecuentemente hace visitas a la nevera o a la despensa.
  • Piensa demasiado en el momento de las comidas, anticipándose antes de que llegue.

El niño que come demasiado vuelca su ansiedad en la comida, por eso es recomendable en primer lugar ocuparnos del problema de ansiedad, en lugar de centrarnos exclusivamente en la alimentación, pues tanto nutricionistas como pediatras desaconsejan poner al niño o la niña a dieta.

¿Qué podemos hacer como padres para ayudar a nuestro hijo a calmar su ansiedad?

  • Lo primero es localizar cuál es el foco de la ansiedad y trabajar sobre él: problemas en el entorno familiar, presión escolar, exceso de deberes, etc.
  • Enseñarle otras válvulas de escape a esa ansiedad como podría ser practicar algún deporte.
  • Emplear técnicas de relajación adecuadas a su edad.
  • Establecer rutinas que favorezcan hábitos saludables tanto de comidas como de sueño, de ejercicio físico, etc.
  • Trabajar su autoestima y aportarle seguridad y confianza.

¿Por qué es importante que mi hijo aprenda buenos hábitos alimenticios y de ejercicio?

  • La buena nutrición y la actividad física regular pueden ayudar a su hijo a lograr y mantener un peso saludable. Si enseña buenos hábitos alimenticios y de ejercicio a su hijo cuando él es pequeño, esos buenos hábitos continuarán beneficiándolo a medida que crece y se convierte en adulto.
  • Limite el tiempo que su hijo pasa frente a la pantalla a no más de 1 o 2 horas al día. El tiempo frente a la pantalla incluye jugar a videojuegos, navegar en Internet, enviar mensajes de texto, ver televisión. Dé un buen ejemplo limitando su propio tiempo frente a la pantalla, también.
  • Como padre o encargado del cuidado primario, usted tiene mucha influencia sobre su hijo. Aunque usted no se dé cuenta, lo que usted hace influye en las decisiones que su hijo toma. Si su hijo observa que usted está físicamente activo de manera regular, él o ella tienen más probabilidades de estar activos también. Haga de la actividad física parte de la rutina normal de su familia. Por ejemplo, puede sacar al perro a pasear cada mañana o haga algún tipo de actividad física, antes de cenar todas las noches. Busque actividades que disfrute hacer junto con su familia.
  • Muy importante enseñar y fomentar hábitos de comida saludables, usted le está dando a su hijo herramientas importantes para vivir una vida saludable. Puede moldear la opinión de su hijo acerca de comer saludablemente de la siguiente manera:
    • Sea un buen ejemplo. Elija alimentos saludables para usted.
    • Coma alimentos saludables (por ejemplo, frutas y verduras).
    • Incluya muchas proteínas bajas en grasa, vegetales y granos integrales en las comidas que prepara.
    • Sea persistente en sus esfuerzos para presentar opciones de alimentos saludables. Los niños no siempre están dispuestos a probar cosas nuevas de inmediato. Si continúa ofreciendo opciones saludables, mejorará las probabilidades de que su hijo desarrolle hábitos alimenticios saludables.
    • Enseñe a su hijo cómo hacer elecciones saludables para los almuerzos escolares.
    • Evite comer comida rápida. Si come en un restaurante de comida rápida u otro restaurante, elija las opciones más saludables que estén disponibles.
    • Olvide la regla de comérselo todo. Permita que su hijo deje de comer cuando se sienta satisfecho.
    • Evite usar la comida como recompensa. En vez de eso, premie el buen comportamiento con una actividad familiar divertida.

Si cree que su hijo suele comer con ansiedad, es recomendable que contacte con un especialista, psicólogo o nutricionista, que puedan ayudarlo a controlar sus problemas con la alimentación.
En Red Cenit, tenemos un gran equipo profesional que puede abordar estos trastornos.

Raquel Herrero Lladró, Psicóloga Clínica en Red Cenit

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