TDAH y el aprendizaje.
Si planteamos el aprendizaje desde el punto de vista neuropsicológico éste consiste en un «proceso de consolidación de lainformación obtenida en un organismo que evoluciona desde el punto de vista biológico y que está condicionado genéticamente; está capacitado para captar los estímulos del ambiente y tiene la posibilidad de que éstos se estabilicen» o se modifiquen de acuerdo con programas o rutinas de procesamiento internos y externos y finalmente se organicen en conceptos.
Así, desde este punto de vista se puede intentar comprender los factores que producen una afectación en el desarrollo normal del aprendizaje en el niño. Ello puede caracterizarse por alteraciones o distorsiones en la circulación de la información cerebral, en los mecanismos de la actividad nerviosa superior, de los analizadores, de la actividad analiticosintética, en el déficit de la información tanto en su adquisición como en su consolidación.
En general, cuando se habla de trastornos o dificultades del aprendizaje se puede diferenciar entre los problemas generales y los específicos.
Los problemas generales son aquellos que involucran a todas y cada una de las esferas del aprendizaje formal académico y corresponden a causas que involucran a procesos centrales de percepción y de análisis de la información o bien a procesamientos centrales únicos y compartidos con cada habilidad lectoescrita o del cálculo matemático.
Los trastornos del aprendizaje, conocidos también como trastornos específicos del aprendizaje o trastornos de las habilidades académicas, incluyen los trastornos de la lectura (dislexia), los trastornos del cálculo (discalculia), los trastornos de la expresión escrita (disgrafía) y un grupo adicional que incluye los trastornos del aprendizaje no especificados previamente.
Perfiles Neuropsicológicos y sintomatología en los Trastornos del Aprendizaje:
Trastorno de la lectura
La dislexia del desarrollo es un problema común que afecta a un porcentaje que varía entre el 5 y el 15% de la población escolar. De acuerdo con la clasificación de Nass de 1991, se pueden distinguir cuatro perfiles neuropsicológicos mayores en los pacientes disléxicos:
1-Disfásico o síndrome con trastorno del lenguaje (lóbulo temporal), o dislexia profunda o disfonética, con una frecuencia del 30 al 70%, según las diferentes series.
2-Grafomotor articulatorio o síndrome grafomotor articulatorio (lóbulo frontal), con una frecuencia del 15 al 50%.
3-Secuenciación o síndrome del trastorno de la secuenciación (lóbulo prefrontal), con una frecuencia del 10 al 15%.
4-Visuoperceptivo o síndrome de trastorno visuoperceptivo, o dislexia superficial o diseidética (lóbulo occipital), con una frecuencia del 5 al 10%.
Según nuestra experiencia, los dos subtipos más frecuentes de dislexia del desarrollo son el subtipo disfonético (disfunción temporal) y el subtipo con déficit de la secuenciación o de la programación (disfunción prefrontal).
Sintomatología
Es importante reconocer los síntomas de alerta o de carácter preventivo en las etapas de jardín de infancia y preescolar:
– Retraso en el habla.
– Inmadurez fonológica.
– Incapacidad de rimar a los 4 años de edad.
– Alergias pronunciadas y reacciones graves a las enfermedades infantiles en grado más intenso que la mayoría de los niños.
– Imposibilidad de atarse los cordones.
– Confundir derecha e izquierda, abajo y arriba, antes y después, atrás y adelante (palabras y conceptos direccionales).
– Falta de dominio manual (invertir tareas que se realizan con la mano derecha y la izquierda, entre una tarea y otra, o bien dentro de la misma tarea).
– Dificultad para realizar juegos sencillos que apunten a la conciencia fonológica.
– Dificultad para aprender nombres de letras o sonidos del alfabeto.
– Antecedente de dislexia o de trastorno por déficit de atención.
Aunque aprender a leer y a escribir parece un proceso completamente natural, también es evidente que las dificultades de aprendizaje traducen la alteración de procesos complejos inscritos en circuitos neuronales establecidos según mecanismos en los que influye la intervención conjugada de factores genéticos y ambientales para determinar una multitud de variaciones. Estas variaciones justificarán en último término el abanico infinito de aptitudes y ejecuciones que caracteriza a la inteligencia humana, en el que cada individuo aparece como un punto en un continuo, desde la incapacidad más inextricable hasta el genio más sorprendente.
Trastorno del cálculo
Los trastornos matemáticos específicos se relacionan generalmente con trastornos de la percepción, la memoria, el lenguaje, el razonamiento, el funcionamiento motor y la lectura. La discalculia se presenta en el 5-6% de la población infantil.
La competencia de los procesos aritméticos requiere la función de un número de procesos mentales superiores, con la actividad coordinada de ambos hemisferios:
– Alexia y agrafia para números (grupo afásico, lóbulo temporal).
– Discalculia espacial (disfunción visuoespacial, lóbulo occipital y parietal).
– Anarritmia (lóbulo frontal).
– Atencional y secuencial (en los niños con síndrome disatencional, lóbulo prefrontal).
– Grupo mixto.
Según nuestra experiencia, las discalculias funcionales más frecuentes son las observadas en el grupo de pacientes portadores de un trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad (TDAH). Estos niños presentan, desde el punto de vista neuropsicológico, un déficit o bien una alteración de las funciones ejecutivas prefrontales; por ello también se los conoce como disejecutivos.
Así, las dificultades en la secuenciación de eventos diversos cobran una importancia dramática en el manejo del ordenamiento numérico y la aplicación de rutinas analíticas secuenciadas para la resolución del cálculo. Estos pacientes con TDAH no sólo muestran una discalculia del desarrollo, sino que también presentan, en mayor o menor grado, una afectación en casi todas las tareas de output cerebral. Por este motivo, la discalculia es una manifestación sintomática secundaria al proceso principal (disfunción prefrontal).
Trastorno de la expresión escrita
Mientras que la caligrafía es esencialmente una tarea visuomotriz, que incluye copiar, calcar y escribir al dictado, la expresión escrita requiere un proceso de pensamiento más complejo. Dadas la complejidad y la naturaleza heterogénea de los problemas de aprendizaje, son muchos los conflictos posibles de lenguaje escrito. Generalmente, se observa una combinación de deficiencias en la capacidad del individuo para componer textos escritos, lo que se manifiesta en errores gramaticales o de puntuación en la elaboración de frases, una organización pobre de los párrafos, errores múltiples de ortografía y una grafía excesivamente deficitaria. Este trastorno puede presentarse de forma pura, pero casi siempre acompaña a otro tipo de trastornos del aprendizaje.
Los diagnósticos diferenciales más frecuentes son los correspondientes a la disgrafía del preescolar o del desarrollo (benigna y transitoria), a los trastornos sensoriales por afectación del lóbulo parietal y a los motores por trastornos del desarrollo de la coordinación motora.
– Trastornos de la planificación de frases: lóbulo prefrontal.
– Trastornos ortográficos y gramaticales: lóbulos temporal y parietal.
– Trastornos caligráficos y espaciales: lóbulos frontal y occipital.
En próximos artículos trataremos sobre la memoria, fundamental para el aprendizaje y el pensamiento.
Luis Abad psicopedagogo y director de los centros Red Cenit.