Los niños que se preocupan demasiado se sienten cautivos de sus temores, son capaces de hacer grandes esfuerzos para evitar las situaciones que les atemorizan y repiten una y otra vez preguntas derivadas de su ansiedad.
Aunque las respuestas que reciben no les producen prácticamente ningún alivio, los padres y los cuidadores gastan grandes cantidades de tiempo tratando de tranquilizar, sosegar, acompañar y hacer cuanto se les ocurre para reducir el grado de angustia del niño.

Pero muchas veces esos esfuerzos son en vano y la ansiedad sigue imperando. Sin duda, no sirve de nada decirle a los niños que se preocupan demasiado que no lo hagan. También resulta inútil intentar aplicar la lógica de los adultos o dejar que los niños eviten las situaciones que les producen temor o calmarles cada vez que aparecen sus miedos.

Cuando piensas mucho en tus preocupaciones y no paras de hablar de ellas, estás alimentándolas y haciéndolas crecer.

Por este motivo,  os presentamos una técnica para ayudar a los niños que se preocupan demasiado y que así puedan enfrentarse a la ansiedad de una forma más eficaz.

La técnica se llama “La hora de las preocupaciones” y consiste en que los niños dediquen un rato al día a hablar de lo que les preocupa o les inquieta. Esto durará aproximadamente 15 minutos.

“La hora de las preocupaciones” es el rato en el que se debe decir todo lo que quiera sobre sus temores, mientras que los padres se dedicaran solo a escuchar y a intentar ayudar.

Así pues, se le enseñará al niño a que si una preocupación se mete en su cabeza y no es la hora, debe pensar en una caja muy fuerte. Cada niño debe pensar como seria su caja fuerte: tiene que tener una tapa y una cerradura muy segura. Así que cada vez que surja una preocupación debe pensar que mete sus preocupaciones en la caja y la cierra completamente. Con lo cual, podrá pensar en sus preocupaciones solo cuando sea la hora, pero por el momento dejarlas encerradas en la caja y ocuparse de otra cosa. Un buen ejercicio para que cada uno cree su caja de las preocupaciones es que la dibuje.

Normas importantes en la “hora de las preocupaciones”:

  • Si alguna preocupación intenta molestarle en cualquier otro momento del día, se debe evitar pensar en ella o hablar de ella hasta que sea la “hora de las preocupaciones”.
  • Se le explicará también, que, si se le ocurre hacer preguntas o comentar algo sobre sus preocupaciones, se le dirá que meta el tema en la caja hasta que sea la “hora de las preocupaciones”; solo se contestarán las preguntas sobre sus preocupaciones a la hora convenida para ello.
  • Por último, se le dirá que tampoco intentarán tranquilizarle fuera de esa hora.

Es posible que a veces le cueste esperar, pero es lo mejor, porque hablando sobre las preocupaciones una y otra vez o contestando a cada pregunta que se le ocurre, lo único que se consigue es que las preocupaciones crezcan.

«La hora de las preocupaciones» cambiará poco a poco. Al principio tendrá montones de cosas de que hablar, montones de pequeñas preocupaciones. Después, las preocupaciones pequeñas irán desapareciendo y podréis dedicar ese tiempo a hablar de otras cosas más importantes.

Esta técnica que os hemos presentado se puede aplicar a los niños que se preocupan demasiado, pero cuyas intranquilidades no le generan un problema de ansiedad ni de salud. Cuando esas inquietudes le afectan en su día a día y le generan otros síntomas como sudoraciones, molestias abdominales, presión en el pecho, pánico, problemas de sueño, etc., es el momento de buscar ayuda especializada y contactar con un psicólogo para saber qué le está generando esa ansiedad.


Raquel Herrero Lladró, Psicóloga Clínica en Red Cenit

SI NECESITAS ORIENTACIÓN O AYUDA PARA TU CASO PERSONAL, PUEDES CONSULTARNOS VÍA ONLINE (SECRETARIA@REDCENIT.COM); TELEFÓNICA (609 759 016)
POSIBILIDAD DE CONSULTA A TRAVÉS DE SKYPE (SOLICÍTANOS INFORMACIÓN SOBRE PRECIOS)