Hoy en día, la multitud de obligaciones y las exigencias hacia nosotros mismos y, en muchas ocasiones hacia los demás, hace que no nos demos cuenta de la importancia de disponer de un tiempo con nuestros hijos que sea de calidad.
Sabemos que el trato con los demás tiene una importancia fundamental en el desarrollo de las personas por lo que es importante organizarse para dedicar ese tiempo con nuestros hijos de disfrute que va a aportar beneficios en los vínculos afectivos, en la comunicación, en la autoestima, en el buen humor, además de fomentar aprendizajes y experiencias, pero sobre todo nos va a ayudar a sentirnos bien y a olvidarnos de esas obligaciones.
Los pequeños de la casa demandan tiempo de formas muy diferentes. Podemos pensar que son rabietas o mala conducta, pero si analizamos bien cómo se ha llegado a esa situación, nos daremos cuenta que lo único que quieren es pasar más tiempo con los que ven como sus héroes y su ejemplo a seguir. Sí vosotros: papás, mamás, hermanos, hermanas, etc.
Invertir tiempo con nuestros hijos dará sus frutos a lo largo de sus vidas, ya que se traduce en la carga de valores, seguridad en sí mismos, equilibrio emocional con el que se enfrentarán a lo largo de su vida en la convivencia con los demás, que contribuye a la tolerancia y a la aceptación de los todos los seres humanos.
Tenemos que ser conscientes que el tiempo con nuestros hijos no se recupera, por lo que intentemos en la medida de lo posible, incluir a nuestros hijos en las actividades cotidianas, transformarlas en tiempo de calidad, jugando con ellos, bromeando, riendo; que los momentos sean únicos, momentos de compartir y de mutua compañía; Por ejemplo, el mero hecho de realizar tareas domésticas del hogar, arreglar algo juntos, compartir un hobby, etc. Además de enseñarles a ser responsables, estas tareas serán más amenas para toda la familia y enriquecerán los lazos de unión afectiva.
El pasar tiempo con nuestros hijos, ayuda a poder valorar las cosas que no se obtienen con dinero, como el amor incondicional de los padres y madres. Cometemos errores de llenar vacíos con regalos caros que hacen que sólo valoren esto y exijan cada vez más. Algo material y superficial destruyendo valores tan importantes como el respeto y el cuidado por el otro, valores que sí llegan al corazón y mantienen el amor.
El apoyo y el cuidado es de vital importancia en las familias cada día. Cuando se comparte entre todos, los hijos crecen emocionalmente y creamos estabilidad. Crecer educado de forma emocional ayuda a que los niños se sientan importantes y sean estables emocionalmente lo que los prepara para las adversidades que pueden encontrarse en el camino de la vida.
Dedica al menos una hora al día a hablar con ellos, a escucharles, a jugar, a hacerles cosquillas. Vuelve a ser un niño, olvídate por esos momentos de tus obligaciones, enséñales cosas, inventa historias, cocina con ellos, obsérvales mientras hacen sus deberes, préstales tu ayuda cuando te lo pidan, comprende si algo no les sale bien y apoya sus decisiones, duerme con ellos, disfrázate con ellos, …
Recuerda que no es necesario que hagáis algo súper especial. Las pequeñas cosas son las que realmente valen la pena porque lo que muchas veces nuestros ojos no pude ver llega a nuestro corazón y perdura para siempre.
Desde Red Cenit nos gustaría que tuvieseis en cuenta estos pequeños consejos para pasar tiempo con nuestros hijos y seres queridos de calidad. Os deseamos unos felices días en los que podáis disfrutar con ellos exprimiendo cada segundo. Paralizar los relojes durante algunos instantes y vivir el aquí y el ahora.
No trabajes sin descanso para darles lo mejor a tus hijos; cuando ellos crezcan, no recordarán los juguetes caros, sino los gratos momentos que pasaron contigo.
Vanessa Civera, pedagoga y terapeuta en RED CENIT