¿Os lo habéis preguntado alguna vez?  Hoy lo vamos a ver.
Muchos estudios señalan que hay ciertos factores de riesgo que indican un retraso del lenguaje, entre ellos, la atención conjunta. En el autismo es muy destacable la falta de atención conjunta. Pero, ¿qué es la atención conjunta?

También es conocida como atención compartida y ocurre cuando dos personas mantienen el foco de interés en una misma cosa.
Normalmente suele empezar cuando alguien hace algo para alertar a otra persona respecto a un objeto o situación, por ejemplo: cuando el niño dice “mira mamá”, también cuando señala un objeto o sólo usando la mirada (el bebé mira algo y luego mira a su mamá como si dijera “¡eso es lo que yo quiero mami!”). Los niños se entretienen jugando con su juguete favorito pero si les llamamos por su nombre, rápidamente se girarán y nos mirarán. Si señalamos algo por ejemplo, el niño seguirá nuestro dedo con sus ojos y ahí es cuando sabrán qué queremos hacer con ellos en ese momento: si queremos que se coma el bocadillo, que se siente o que coja un objeto. Esto es la atención conjunta y cuando se da, hay comunicación, pero…

¿Por qué es tan importante para el desarrollo del lenguaje?

La atención conjunta nos permite interactuar con otras personas. Esto es como la comunicación, una manera de interactuar con los demás. Realmente, la comunicación comienza con esa atención conjunta. Cuando un niño no se percata de que estás intentando entrar en su juego, no hay interacción entre los dos.

Los bebés deben interactuar frecuentemente con otras personas antes de escuchar sus propias palabras. Con el tiempo, tras la escucha constante y la atención a lo que se está diciendo, aprenden a comprender lo que se le está diciendo, estableciendo un vínculo entre sus palabras y acciones. Por eso es importante esa atención conjunta, porque…

La ATENCIÓN conduce a la ESCUCHA… la ESCUCHA frecuente conduce a la COMPRENSIÓN del LENGUAJE… y comprendiendo el LENGUAJE nos lleva a la COMUNICACIÓN… de manera que tras la COMUNICACIÓN (mirada, gestos, expresiones faciales) viene el HABLA.

Esto no quiere decir que todos los niños con atención conjunta van a terminar hablando. No. Hay excepciones que apuntan a diferentes motivos por los que un niño no puede hablar. Pero cuando no se está expuesto a estos momentos de manera diaria y frecuente, el niño está perdiendo las oportunidades de desarrollar el lenguaje, de ahí su importancia.

¿Cómo podemos mejorar la atención conjunta?

Trabajando la habilidad para establecer contacto ocular cuando les estemos hablando; intentando entrar en su juego, viendo juntos lo que hace; usando objetos llamativos que capten su atención (pompas, molinillos de viento, etc.) y situándolos delante de tus ojos; modelando el señalado cuando estemos con él, etc. Es importante situarse de frente de manera que haya buen contacto ocular, (si está sentado en el sofá, lo ideal sería sentarnos nosotros en el suelo).

Y por último, para los papás que tienen muy buena atención conjunta con sus hijos, ya sea porque la han adquirido finalmente o porque nunca han tenido dificultades con ella, y estos aún no han desarrollado el habla, disfrutad de esos momentos, de esas risas, de esos instantes y de esas miradas cómplices, porque ante todo, hay comunicación.

Lo más importante de la comunicación es escuchar lo que no se dice” Peter Drucker, filósofo austriaco.

M. Amparo Parreño, logopeda en Red Cenit en Valencia