Actualmente nos encontramos inmersos en una sociedad en la que el nivel de sedentarismo entre la población es cada vez mayor y más preocupante. El sedentarismo ya no entiende ni de edades, ni de sexos, ni de patologías ni de trastornos.

Aparentemente todos vemos gravedad en este asunto, pero pocos se atreven a dar el paso y poner remedio a la situación. Tal vez porque siempre hemos oído hablar de todo lo malo que conlleva el no hacer ejercicio, pero pocas veces nos hemos parado a pensar acerca de los beneficios, tanto a corto como a largo plazo, que nos proporciona la actividad física, siendo estos todavía más significativos en los niños con TEA.

Una revisión sistemática publicada en 2017 resalta niveles más bajos de actividad física y niveles más altos de sedentarismo entre los niños con TEA en comparación con los niños de desarrollo normotípico. Estos datos resultan asombrosos ya que, conociendo algunas de las características asociadas con frecuencia al Trastorno del Espectro Autista, como la dificultad en el establecimiento de las relaciones sociales, la inflexibilidad y la resistencia a los cambios o los trastornos de ansiedad, participar 60 minutos diarios en actividades físicas de intensidad moderada a intensa de forma regular podría ofrecer oportunidades para el juego y la auto expresión, ocasiones de socialización con los compañeros, ampliar la gama de intereses del niño, aumentar las habilidades motoras y tener así un impacto positivo en el área social-emocional, en la salud física y en el funcionamiento del desarrollo.

Es importante recalcar que los buenos hábitos comienzan desde edades tempranas, por lo que todo lo que se aprende y se practica desde la infancia tiene una mayor probabilidad de mantenerse en el tiempo y de prolongarse hasta la edad adulta. De este modo, cuanto antes incorporemos la actividad física en el día a día de estos niños, mayores serán las ventajas que en un futuro podrán ser aprovechadas.

Entre los beneficios de la actividad física para niños con TEA se encuentran:

  1. La mejora del físico y aumento de la autoestima: pérdida de peso, tonificación de los músculos…
  2. Constituye un medio de socialización: todas aquellas actividades que incluyen el movimiento físico permiten establecer valiosas conexiones sociales.
  3. Estimula químicos del cerebro que nos hacen mejorar el humor.
  4. Reduce el nivel de estrés y de fatiga
  5. Promueve la confianza 

Por tanto, podemos decir que los beneficios de la actividad física para niños con TEA lograrían, a su vez, asentar en ellos el estilo de vida que promueve una mayor actividad física y un comportamiento menos sedentario empleando para ello tan solo 60 minutos de su día.

Referencias:

  • Chu C, Tsai C, Chen F, Sit C, Chen P, Pan C. The role of physical activity and body-related perceptions in motor skill competence of adolescents with autism spectrum disorder. Disability and Rehabilitation. 2019;:1-9.
  • Jones RA, Downing K, Rinehart NJ, Barnett LM, May T, Mcgillivray JA, et al. Physical activity, sedentary behavior and their correlates in children with autism spectrum disorder: A systematic review. PloS One. 2017;12:e0172482. doi: 10.1371/journal.pone.0172482.

Anna Caballer Puchades, es Fisioterapeuta en Red Cenit Valencia