La depresión es un trastorno del estado de ánimo en el que se manifiesta tristeza, apatía, desinterés por todo, incapacidad para disfrutar de lo que te rodea y cansancio. Además, hay otros síntomas que también pueden aparecer, como falta de apetito sexual, insomnio, dificultad para concentrarse o para retener información, trastornos alimentarios, irritabilidad, sentimiento de culpa, pensamientos suicidas,…
En la mayoría de los casos, a estos síntomas le acompañan otros problemas que son consecuencia de ellos, como problemas en el ámbito laboral, deterioro de las relaciones familiares, de pareja o sociales.
La depresión puede ser producida por cambios vitales como: pérdida o enfermedad de personas queridas, enfermedad propia, problemas familiares, pérdida del trabajo, problemas económicos, cualquier acontecimiento que suponga privarnos de algo que consideramos importante. Cuando la persona percibe estas pérdidas pasará por un periodo normal de tristeza, pero si no sabe afrontarla con eficacia, podría empezar a deprimirse.
La gente que, de vez en cuando, tiene sentimientos depresivos, puede aprender nuevas formas de enfrentarse a esos problemas que le ayudarán a reducir el malestar emocional. Si uno aprende a resolver con eficacia los problemas y presiones diarias, esto le ayudará a prevenir la probabilidad de sufrir una depresión clínica en el futuro.
La pandemia de COVID-19 y el confinamiento que estamos soportando, tiene efectos sobre esta enfermedad y, esto unido, al distanciamiento con las personas, incrementa los sentimientos de soledad y desesperanza, pudiendo desencadenar en una depresión.
Teniendo en cuenta todo esto, ¿cómo se puede combatir la depresión durante la crisis del coronavirus?:
- Establece una rutina diaria y mantente ocupado. Organiza una agenda con tareas domésticas, laborales y de entrenamiento. Trata de que tu mente esté ocupada con actividades creativas que ayuden a canalizar las emociones que sientes.
- Conversa con tu familia y amigos. Aunque nos encontramos en tiempos de distanciamiento social intenta comunicarte por teléfono, correo electrónico, videoconferencias, redes sociales, etc.
- Cuídate. Invierte tiempo en asearte, peinarte, maquillarte, realizar ejercicio físico, mantener una dieta sana y una correcta higiene del sueño.
- Mantente informado pero limita el consumo de noticias negativas y relacionadas con la pandemia. Recibir constantemente noticias, no tan buenas, puede influir en nuestro estado de ánimo de manera negativa.
- Fomenta un diálogo interno positivo. Revisa tus pensamientos y trata de corregirlos respondiendo a cada una de las afirmaciones negativas con otras más positivas y realistas. Aprecia los logros positivos alcanzados durante el día.
- Reconoce y acepta tus sentimientos y si hace falta compártelos con las personas más próximas. Las situaciones de crisis despiertan una mezcla de emociones, pero reprimir los sentimientos e ignorarlos no los hace desaparecer. Escúchate, identifica lo que necesitas e intenta concedértelo.
- Céntrate en el ahora. No te llenes de preocupaciones constantes sobre el futuro que no podemos controlar y que no nos ayudan en nada. Desde el presente es desde donde podemos actuar.
- Adopta una actitud positiva de resolución de problemas. Convierte los grandes problemas en pequeños, subdividiéndolos en pasos más pequeños, y prepara un plan de acción para cada uno de ellos. Puedes generar distintas alternativas para resolver ese problema, valora los pros y contras de cada una de ellas y toma la decisión más ventajosa.
Y como todo en la vida, esta situación también pasará. ¡No pierdas la fortaleza!.
¡Ten confianza, paciencia y esperanza!. Es difícil escribir cosas positivas durante una pandemia, pero toda crisis representa una oportunidad. Saldremos de esta crisis más fuertes y maduros, habremos aprendido algo nuevo y apreciaremos las cosas positivas más que antes.
Pero si crees que tu estado de ánimo se corresponde a una depresión durante la crisis del coronavirus y presentas algunos de estos síntomas:
- ¿Te sientes triste, irritado, con ganas de llorar, con ansiedad?.
- ¿Has perdido el apetito?.
- ¿Te sientes cansado, con falta de energía y de vitalidad?.
- ¿Tienes insomnio o sueño excesivo?.
- ¿Te resulta difícil concentrarte?. ¿Tienes problemas para recordar información?. ¿Te cuesta tomar decisiones?.
- ¿Has dejado de hacer actividades que antes te gustaba hacer, o si las haces te cuestan mucho y no las disfrutas como antes?.
- ¿Te criticas o culpabilizas con mucha frecuencia?. ¿En tu mente aparecen palabras cómo: inútil, fracasado, desastre, inepto, poco atractivo u otros similares?.
- ¿Te sientes sólo o incomprendido?. ¿Piensas que todo es muy difícil, injusto o cruel?. ¿Piensas que los demás no te apoyan o no te quieren?.
- ¿No le ves salida a tu situación?. ¿Has perdido la esperanza?.
- ¿Piensas en la muerte?. ¿Crees que morir sería la solución?. ¿Tienes ideas de suicidio?.
Si sientes muchos o todos estos síntomas, y te impiden continuar con tu vida normal, es el momento de buscar ayuda profesional para superarlo.
Reyes Martínez Borondo, Psicóloga Clínica, en Red Cenit Valencia