Es importante reconocer y saber diferenciar algunas señales de alarma para detectar el TDAH en los niños en las distintas etapas de su desarrollo. Lo ideal es poder detectarlo en las primeras etapas ya que esto nos permitirá poder realizar un diagnóstico y una intervención precoz y por tanto, el pronóstico será mejor.
Al hablar de señales de alarma para detectar el TDAH, hay que tener en cuenta que no tienen por qué presentarlas todas. Son orientativas y deben ponernos alerta por si necesitamos ayuda profesional. La clave de estas señales está en la continuidad de las mismas en el tiempo y que se den con mayor frecuencia e intensidad de lo esperado para cada edad.
- Preescolares (de 3 a 5 años)
- Difíciles de manejar tanto en casa como en el colegio
- Debido a su excesiva actividad, requieren mayor supervisión
- Debido a las dificultades para autocontrolar sus movimientos, sus conductas pueden parecer agresivas
- Son muy ruidosos y suelen interrumpir a los demás
- Presentan excesivas rabietas
- Pueden tener problemas del sueño
- Comienzan a reflejar problemas en el aprendizaje: colores, números, letras
- Retraso en la motricidad fina adaptativa
- Retraso en el lenguaje
- Presentan poca disposición para el juego social con otros niños
- Tienen dificultades para compartir, para esperar su turno
- Evitan las tareas tediosas como punzar o colorear
- Infancia (de 6 a 12 años)
- Se distraen fácilmente
- Organiza mal sus tareas, no las completa o las hace mal pro descuido
- El colegio avisa de que rinde por debajo de sus posibilidades
- Suelen presentar problemas con la comprensión de enunciados
- Se muestran impacientes, no esperan su turno
- Tienen dificultades para aprender de sus errores, de las consecuencias que reciben
- Dificultades para interiorizar las normas
- Tienen conflictos con sus iguales por las dificultades que presentar para controlar sus impulsos
- Mantienen comportamientos que en la etapa anterior eran normales pero en esta se perciben como inmaduros
- Suelen estar fuera de su asiento, hablan excesivamente, movimiento continuo de manos y pies, lo toca todo, se mece mientras está sentado, cambia continuamente de postura, se toca el pelo,…
- Adolescencia (de 13 a 18 años)
- Se muestran inquietos (no es la hiperactividad física de etapas anteriores)
- Son poco perseverantes
- Pobre visión de los planes a largo plazo
- Se mantiene la escasa tolerancia a la frustración
- Tienen problemas con el manejo del tiempo
- Continúan los problemas de autocontrol
- Exigen la gratificación o el cumplimiento inmediato de sus demandas
- Participa en conductas de riesgo
- Malas relaciones con iguales
- Problemas de organización, deja todo para el último momento
- Problemas académicos y/o abandono escolar
- Pobre autoconcepto
- Adulto
- Olvidadizo, pierde cosas
- Labilidad emocional (cambios rápidos en el estado de ánimo)
- Habla mucho y con tono alto
- Problemas con la gestión del tiempo
- Problemas con la gestión del dinero
- Desorganizado-> falla para hacer planes
- Inicia muchos proyectos y finaliza pocos
- Dificultad para establecer prioridades
- Problemas laborales, prefieren trabajar individualmente, les cuesta delegar y acatar la autoridad
- Cambios de empleo y/o relaciones
- Conducción temeraria
- La incapacidad para dar respuesta a las demandas de la vida, les genera problemas emocionales y ansiedad
Paqui Moreno. Psicóloga y Coordinadora de Funciones Cerebrales Superiores en Red Cenit Valencia