La falta de autonomía y de autodeterminación en nuestros hijos se está convirtiendo en un problema común. A los padres les cuesta asimilar el paso del tiempo y esto conlleva que en muchas ocasiones no se responsabiliza a los niños de suficientes cosas. Este hecho se acentúa especialmente en los casos de las familias en las que existe un hijo con TEA, debido a que la persona presenta dificultades para realizar de forma autónoma actividades de la vida práctica.
Es importante destacar que estos aspectos se han de empezar a trabajar prácticamente desde el nacimiento, exista o no un diagnóstico. En todo caso, nos plantearemos, (de forma coordinada con el o los terapeutas de la persona), una serie de objetivos relacionados con la autonomía. La diferencia que se presenta en este caso, es que estos objetivos se plantearán en base a las capacidades y limitaciones de la persona y nosotros como adultos deberemos establecer los apoyos necesarios para incentivar la consecución de los mismos.
Si el proceso de autonomía en personas con autismo se empieza a realizar desde una edad temprana y de forma continua y supervisada por un terapeuta especializado estaremos motivando la capacidad de empodaremiento en nuestro hijo. El empoderamiento se define como el proceso que se debe dar en una persona para que sea consciente, capaz y consecuente con sus actos, y que, además, éstos tengan un objetivo claro para mejorar o solucionar una situación. Poseer esta capacidad, facilita y mejora el proceso de cambio que se da en la transición a la vida adulta, que coincide con la adolescencia. Otro concepto que va muy ligado a este y es necesario definir es la autodeterminación, que se refiere a actuar como el principal agente causal de su vida y hacer elecciones y tomar decisiones respecto a la calidad de vida propia, sin influencias o interferencias externas innecesarias, es decir, que la persona sea capaz de elegir y hacerse responsable de sus decisiones.
Para ello necesitaremos elaborar de forma conjunta con nuestro hijo y/o profesionales que trabajan con él, una planificación lo más pronto posible para facilitar la transición de la persona con autismo e incrementar el éxito e independencia en la vida adulta. Teniendo en cuenta como hemos dicho antes las necesidades y limitaciones, las preferencias y las debilidades y fortalezas de la persona. Es importante destacar que se trata de un proceso de transición muy complejo, pero hemos de tener en cuenta que implica la toma de muchas y, a veces, difíciles decisiones.
Si a las personas con TEA se les proporciona LA OPORTUNIDAD DE EXPERIMENTAR EN DIFERENTES CONTEXTOS Y DESARROLLAR HABILIDADES DE TRABAJO APROPIADAS, les estamos preparando en la autodeterminación y para que, con una adecuada orientación, sean capaces de elegir el mejor camino.
Lara Beltrán, logopeda en Red Cenit Castellón
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Falto definir autonomía