Nadie se acaba de sentir cómodo en una situación en la que no sabe qué va a suceder. Esa incertidumbre nos puede generar un estado de nerviosismo, ansiedad o estrés al no saber cómo actuar. Si nosotros mismos nos encontramos en situaciones en las que una novedad en nuestro día a día no nos permite encontrarnos completamente cómodos, imaginemos que no llegáramos a comprender el por qué de cada cambio, no supiéramos la razón de nuestra inseguridad o como explicarlo. Ese es el día a día de nuestros niños con autismo.

Nuestro día a día está lleno de situaciones o acciones que para nosotros son lógicas y sencillas, por ejemplo, ir al baño, no resulta complicado, ¿verdad? Pues bueno, analizándolo bien, ir al baño conlleva un orden compuesto de muchos pasos, ¿primero me bajo los pantalones o subo la tapa? ¿me subo los calzoncillos antes del pantalón? ¿tiro de la cadena o me limpio?

Pues bien, para la realización de esta acción, que a nuestro parecer es simple, hemos comprobado que resulta ser un entresijo de acciones consecutivas que deben realizarse en un orden concreto. Entonces, ¿cómo acordarse de todo? Con las rutinas.

Usemos uno de los puntos fuertes de nuestros niños, su procesamiento visual. Como bien sabemos, los niños con TEA reciben la información de una forma más clarificada cuando se les muestra visualmente, que únicamente con las instrucciones verbales. Mediante rutinas creadas con apoyos visuales, en los que se muestre la secuencia de pasos que se debe realizar para cumplimentarlas, junto con nuestra explicación verbal, ayudaremos a que se favorezca su aprendizaje y comprensión.

De este modo, a medida que esa acción la vayamos realizando de la manera rutinaria que hemos enseñado, se logrará una sensación de seguridad, puesto que, cuando se vuelvan a enfrentar a la misma situación, sabrán qué pasos deben seguir.

Pero ¿y qué pasa con los momentos nuevos? Los lunes se va al colegio, pero justo este lunes es fiesta, ¿cómo puedo explicarle que este lunes en vez de ir al colegio, irá a casa de su abuela? Que no cunda el pánico, para esas ocasiones nos podemos seguir apoyando en ayudas visuales, pero esta vez, de una manera un poco diferente. No se
tratará de una rutina que vaya a realizar repetidas veces, sino que le vamos a anticipar una modificación de esa rutina.

Hacer uso de la anticipación en los niños con TEA es una manera de hacerles saber lo que sucede, o más bien lo que va a suceder, creando de este modo una sensación de calma, que favorecerá que puedan regularse más fácilmente, aunque se encuentren en una situación desconocida, de manera que reduciremos esa sensación de inseguridad y nerviosismo que tiene lugar al enfrentarnos a una novedad.

Tanto las rutinas como la anticipación en los niños con TEA sirven de ayuda para comprender y estructurar el mundo que les rodea, pero al igual que cualquier otro aspecto, debemos tener en cuenta que ambas no funcionarán desde el primer momento, pues estas ayudas en sí mismas necesitan un aprendizaje inicial, que una vez adquirido, facilitará la consecución de las secuencias diarias que tienen lugar en la vida de nuestros niños.

Secuencia extraída de Avanzando con emociones

Andrea Ferrer, es logopeda en Red Cenit Valencia

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