Cada vez más frecuentemente, en Red Cenit nos formamos y apostamos por enseñar a las familias de nuestros pacientes la Disciplina Positiva, para que puedan educar a sus peques de una manera amable y firme a la vez.  Hoy os presentaré una herramienta de Disciplina Positiva para autorregular las emociones, tanto en los peques como en los padres.

Esta lúdica herramienta de disciplina positiva tiene el respaldo de un gran autor de la neuropsicología, Dan Siegl, autor del libro El cerebro del niño y quien creó el modelo del cerebro en la palma de la mano, o modelo del cerebro triuno.

En el capítulo dos de su libro, Daniel Siegl nos cuenta como nuestro cerebro está formado por tres partes, cada una relacionada con algunas funciones más básicas (de supervivencia), o más superiores (pensamiento, planificación, etc.).

1)  Cerebro racional (capa superior): propio de los humanos. Controla el pensamiento creativo, la planificación, etc.

2) Cerebro límbico (capa mediana): propio de los mamíferos. Controla los sentimientos y las emociones.

3) Cerebro reptiliano (capa más profunda): propio de los reptiles. Controla las funciones básicas de supervivencia (lucha/huida).

Si trasladamos las capas evolutivas del cerebro a la palma de la mano, nuestra palma es el cerebro reptil más irracional, el pulgar controla las emociones y los dedos forman la capa del cerebro racional.

Cuando el cerebro funciona de manera integrada (Foto 1) nos comportamos de manera coherente a nuestros pensamientos y sentimientos. Pero hay momentos de estrés que activan nuestro cerebro reptiliano, «destapando» nuestro cerebro (Fotos 2 y 3). De esta manera, no utilizamos nuestro cerebro racional, dejamos rugir nuestro león y reaccionamos de manera irracional (Foto 4). Es el momento en que «perdemos los papeles», nos enfadamos mucho y hacemos y decimos cosas de las cuales luego nos arrepentimos. Y esto también pasa con los peques en sus momentos de enfado.

Explicándoles a los niños como funciona su cerebro utilizando el apoyo visual de la mano, les podemos aclarar que cuando nos ponemos enfadados destapamos nuestro cerebro más primitivo, responsable de respuestas de supervivencia como huir o luchar.  Lo interesante es que el autor nos alerta de que ni los niños ni los adultos pueden razonar, aprender, escuchar si están en el modo supervivencia.

Para estos momentos la herramienta de Disciplina Positiva nos propone un tiempo fuera positivo, tanto para los adultos como para los niños. O sea: “¿Qué puedo hacer para volver a conectar las dos partes de mi cerebro?”, ¿Qué necesito para volver a la calma? Así nos proponen que descubramos estrategias de regulación emocional junto a los peques (abrazos, objetos relajantes, música, agua, ejercicio, etc.), para crear un rincón de la calma.

En cuanto a los adultos, pensar en este modelo del cerebro en el momento de una rabieta de nuestros hijos nos puede ayudar a no tomarla como algo personal. Según la Disciplina Positiva, los adultos también necesitan tiempo fuera en positivo, ya que si estamos muy enfadados en modo supervivencia, tampoco podemos corregir una mala conducta, como mucho podemos dar un mal modelo de cómo gestionar el enfado; gritando y actuando de una manera que no nos gusta actuar con nuestros niños.

Para finalizar, la Disciplina Positiva nos propone la conexión antes que la corrección. Si los peques están tan desregulados en ese momento de enfado (cerebro reptiliano), la idea es ayudarles a conectarse con este sentimiento; validarlos, para que luego, cuando conecten todas las partes de su cerebro, podamos hablar sobre lo ocurrido y efectivamente corregir la conducta utilizando nuestro cerebro en su totalidad, tanto los niños como los padres.

Lo interesante de esta herramienta de disciplina positiva es que es que es muy sencilla y lúdica; la tenemos literalmente en la palma de la mano para cualquier ocasión y estimula a que los niños vayan aprendiendo a discriminar sus estados emocionales en un continuo a la vez en que desarrollan estrategias para regular su enfado (cuando todavía pueden volver a conectar su cerebro y controlar el enfado).

Os animamos a probar esta herramienta de disciplina positiva con vuestros peques y también a seguir profundizando en las herramientas que nos brinda la Disciplina Positiva para educar con amabilidad y firmeza a la vez.

Naiara Minto de Sousa es psicóloga en Red Cenit