Numerosos estudios reflejan la importancia de los grupos a lo largo de la vida, especialmente los grupos de iguales en la etapa adolescente, ya que en este periodo, los amigos y las amigas superan en importancia a la familia, la salud y el ámbito académico.

En la adolescencia ya no se tienen como referentes a las figuras de autoridad como son los padres, las madres y los maestros, sino que son los grupos de iguales los que sirven de ejemplo a seguir y los que guían a la hora de construir la identidad de cada uno.

La creación de vínculos afectivos a estas edades sirve de factor protector para todos los ámbitos de la vida y ellos lo valoran como el refugio más seguro. Les sirve de modelo y espejo a la hora de observar, pensar, sentir y comportarse.

Con los grupos de iguales en la etapa adolescente, los jóvenes pueden expresarse con libertad, sin censura y sin ser juzgados, ya que se sienten comprendidos a un nivel que no pueden alcanzar con los adultos. Todo esto conlleva un efecto socializador imprescindible que les va a ayudar a definir su propia identidad, sus intereses, sus habilidades y su personalidad.

La relación y los grupos de iguales en la etapa adolescente consiguen otorgar un sentido de pertenencia que ayuda al desarrollo de la personalidad. Además, dentro del grupo de iguales en la adolescencia se viven valores como la lealtad, la sinceridad y el compromiso, lo cual les ayuda a aprender a vivir en sociedad.

Entre los miembros se produce una confraternización con un sistema de valores y creencias determinado que se transforma en una forma de expresión y reivindicación del espacio social. Esta reivindicación no siempre es señal de rebeldía, ya que en ocasiones permite explorar la justicia, la equidad y la resolución de conflictos.

¿Significa esto que la familia se queda apartada en esta etapa?

¡Por supuesto que no! La familia seguirá teniendo un papel fundamental en su vida pero el grupo de iguales en la adolescencia es imprescindible para el autoconocimiento y autoestima en estos momentos.

De hecho, esta etapa de la vida, están buscando el equilibrio entre “ser mayor y hacer cosas solos y necesitar de la familia”.

¿Qué podemos hacer como familia?

  • Respetar su grupo de iguales y fiarnos del criterio de nuestros hijos, siempre y cuando no sea dañino para su salud.
  • Conocer a sus amigos, invitarlos a casa y dar pie a dialogar con ellos.
  • Aprovechar los momentos en los que nuestro hijo/a quiera contarnos algo importante y escucharlo sin juzgar.
  • Fomentar la diversificación de grupos de iguales en la etapa adolescente (amigos del colegio, del pueblo, de natación, de campamento, etc.) ya que esto le permitirá conocer diferentes grupos y modelos de relación.

Alicia Valls Monzó, es psicóloga y terapeuta en Red Cenit

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