En otros artículos hemos explicado los beneficios y la necesidad de estimular y potenciar, día a día, la creatividad del ser humano. La infancia es la edad idónea para la adquisición de conocimientos y aptitudes porque el niño es mucho más receptivo a los estímulos. Por eso, debemos aprovechar esta etapa para desarrollar la creatividad, ya que, el niño presenta una gran capacidad de imaginación que aún no está limitada por el conocimiento ni la racionalidad que impone la sociedad.
Por tanto, debemos aprovechar las edades más tempranas para favorecer el desarrollo del pensamiento creativo, y para ello no es necesario llevar a cabo actividades o juegos concretos, durante el día a día existen muchas tareas y acciones a través de las cuales ayudamos al niño a estimular su creatividad de forma fácil e innata.
Pautas para fomentar la creatividad a diario:
– Leer: favorece el desarrollo del lenguaje como y la imaginación. Si les leemos desde bien pequeños empiezan a ver mundos distintos, a darse cuenta de que hay perspectivas diferentes a la cotidiana.
– Afecto e interés: es un aspecto muy importante para que se sientan seguros y no tengan miedo a ser ellos mismos. Debemos mostrar interés tanto por los grandes como por los pequeños logros, por los dibujos o construcciones que hagan. Además, es importante motivarlos con dicho refuerzo positivo, para fomentar esa curiosidad que tienen los niños por lo que les rodea y ya desde bien pequeños debemos facilitarles espacios, colores, sonidos, texturas, es decir, distintos materiales para que los usen y lo pasen bien.
– Disciplinas artísticas: es el método más utilizado para estimular la creatividad infantil, ya que, permite explorar diferentes materiales, expresar ideas y sentimientos. Actividades como el teatro, la música, el baile o la pintura son muy utilizados, así que pon música en casa, invítale a bailar, crear vuestros propios instrumentos y crear cuadros para decorar el salón.
– La libertad de expresión: La creatividad se manifiesta a través de la comunicación, no debemos criticar las ideas de los niños, ni sus puntos de vista, por el contrario debemos estimular a que tenga sus propias ideas sobre las cosas aún cuando no las compartamos. Incluso pedirles su opinión, así además, se sentirán escuchados.
– Buscar variación en lo cotidiano: El mismo camino para ir al colegio o cualquier otro lugar, puede convertirse en algo distinto y divertido si le proponemos ir inventando historias sobre los personas que pasan por la calle. El cuento que contáis cada noche puede ser distinto si le dejáis que sea él quien invente un final original. Incluso, que elija su ropa por la mañana, puede ser que no peguen los colores pero habrá creado una combinación única que le ayudará a dejar volar su imaginación ante un papel y un lápiz.
– Otro aspecto muy importante y en el que coinciden los profesionales es en el “Dejarlo hacer y después prestar atención a lo que hace”. Es necesario permitirle hacer cosas aunque nos parezcan poco usuales o exageradas, porque, es justamente por esa vía que el niño va encontrando nuevas maneras de relacionarse con el mundo. Esto, también tiene que ver con valorar los intentos y no sólo el producto; el proceso, el camino que sigue hasta el producto final, estimular la sensibilidad hacia cosas pequeñas, que toquen, que miren. No desanimar al niño ante sus ideas creativas es la gran responsabilidad del adulto, así como, favorecer su naturaleza espontánea.
– Por supuesto, EL JUEGO es un elemento relevante para el desarrollo de la creatividad, promoviendo el uso de la imaginación. Jugar a inventar: podéis utilizar distintas prendas en casa y crear vuestro propio disfraz, buscar nuevas utilidades a los objetos cotidianos (por ejemplo, un plátano puede ser un teléfono y una cuchara un micrófono); inventar un cuento a partir de dos o tres objetos que señaléis al azar en una revista o en casa; permitirle inventar un juego con sus propias reglas, etc.
Tras estas pautas, solo nos queda decir que si queremos que nuestros hijos y alumnos sean adultos capaces de enfrentar situaciones y responder ante ellas con eficacia, si queremos que sean capaces de tener ideas originales, que logren cambiar el mundo, es necesario que empecemos cuanto antes a cultivar la semilla de la creatividad en nuestros pequeños héroes.
“Es en el juego y solo en el juego que el niño o el adulto como individuos son capaces de ser creativos y de usar el total de su personalidad y solo al ser creativo el individuo se descubre a sí mismo”. Donald Woods Winnicott.
María Vicente psicóloga y terapéuta en Red Cenit.