El estado de alerta o Arousal óptimo es el nivel de activación tanto psicológica como fisiológica adecuada para tener un rendimiento y desempeño ocupacional adecuado y ajustado a la demanda de las diferentes actividades del día a día.

Es esencial comprender la importancia de estar en un buen estado de alerta para funcionar correctamente y para poder aprender. Si estamos muy nerviosos somos incapaces de focalizarnos hacia la información relevante e inhibir los estímulos distractores y, por lo tanto, aprender. Si estamos muy cansados o despistados, tenemos el mismo problema.

Y es que nuestro Sistema Nervioso Central necesita cierta cantidad de estimulación tanto activadora como relajante para poder regular nuestro estado de alerta.

La mayoría de personas gestionamos y modulamos los estímulos del día a día para autorregularnos y adaptarnos a las diferentes circunstancias que se nos presentan sintiéndonos bien, tranquilos, atentos, con la capacidad de aprender.

Si durante el día no recibimos la estimulación necesaria para poder mantenernos regulados, (porque tenemos que estar mucho tiempo sentados, trabajamos en muchas cosas a la vez, tenemos que ir de aquí para allá a trabajar, comprar, llevar niños, recogerlos, etc.), nosotros mismos buscamos la forma de autorregularnos con estímulos que nos regulan y que van a depender mucho de nuestro perfil sensorial. Hay gente que para regularse se sentará en el sofá, se tapará con una manta gordita y leerá un libro; otra gente se machacará en el gimnasio, otro se morderá la uñas; otro se dará un paseo o escuchará música…

El problema llega cuando la persona no sabe autorregularse, no sabe qué estímulos le relajan y como hacer que le lleguen de forma funcional o, directamente, no es consciente de que su estado de alerta se está disparando o está casi apagado y, por lo tanto, no tienen la capacidad de autorregularse. Su estado de alerta está totalmente expuesto a la estimulación con la que se van encontrando. Y muchas veces su estado de alerta empieza a subir sin control hasta que la persona se siente totalmente sobrepasada y pierde el control.

A continuación, explicaré una técnica diseñada para entrenar con los niños la capacidad de conocer su estado de alerta, de anticipar cuándo van a perder el control o están tan cansados y desconectados que necesitan descansar, y no sólo eso, sino que también podemos entrenar la petición de aquel objeto o actividad que les ayuda a regularse.

El material de regulación sensorial que os podéis DESCARGAR EN ESTE ENLACE consiste en un abanico donde figuran los diferentes estados de alerta en los que los niños se pueden sentir identificados y que van desde el estado de alerta extremadamente bajo, (niño cansado, muy despistado y desconectado), hasta el extremadamente alto, (niño que tiene una rabieta por estar totalmente fuera de control al haber acumulado mucho nerviosismo). En medio hay un niño tranquilo, atento, con los ojos abiertos y centrados.

Pueden utilizarse las caras propuestas en el material o también pueden utilizarse otras claves visuales como animales, (perezoso para el estado de alerta más bajo y león furioso para el extremadamente alto, y en medio el niño, que es como debe comportarse), o incluso con números, si es que así el niño lo va a entender mejor.

A continuación se explica cómo puede utilizarse el material para la regulación sensorial:

  1. Ajustando la explicación al nivel del niño, explíquele que es necesario estar tranquilo para poder aprender, para poder prestar atención con nuestros ojos y nuestros oídos. Por eso no debemos estar ni muy dormidos y despistados, ni muy nerviosos ni movidos
  2. Busque estrategias sensoriales que ayuden a activar o relajar al niño. Lo ideal es que consulte con un Terapeuta Ocupacional especializado en Integración Sensorial que valore el perfil sensorial del niño y pueda guiarle a la hora de elegir las actividades. En el material figuran una serie de actividades a modo de ejemplo, pero cada niño necesitará unas actividades distintas.
  3. Clasifique en la caja de Activación o en la de Relajación las diferentes actividades en función del efecto que causen en el niño.
  4. Organice en el abanico las estrategias en función del estado de alerta.

Nivel básico:

  • El adulto coloca en los diferentes niveles del abanico las imágenes de las actividades que más van a ayudan al niño a regularse. Cuando detecta que el niño sale del estado de alerta óptimo, (central), le indica con la flecha al niño cómo se encuentra y qué debe hacer para regularse.

 Nivel medio:

  • El adulto explica los diferentes niveles de alerta más comunes en el niño y los asocia con los niveles del abanico y con los dibujos de expresiones faciales, (puede utilizar los propuestos o cualquier otro que crea que se ajuste más incluso otras claves como animales o números).
  • Se le explica al niño que el estado de alerta bueno para aprender es el central, ni muy dormido y despistado, ni muy nervioso y descontrolado, sino tranquilo, centrado, mirando y escuchando.
  • Cuando el niño está tranquilo, se prueban y entrenan diferentes estrategias de regulación y el niño coloca, (con ayuda del adulto), aquellas que mejor funcionen en los diferentes niveles en función de la intensidad que necesiten.
  • Cuando el adulto detecta que el niño se está desregulando le indica con la flecha en qué nivel está y qué es lo que tiene que hacer para volver al centro y se le da un tiempo fuera limitado con temporizador para ello.
  • El niño realiza la actividad y cuando vuelve a estar regulado coloca la flecha en el medio y continúa con la ocupación que estaba llevando a cabo.

     Nivel alto:

  • En este nivel el trabajo previo es el mismo que el descrito en los tres primeros puntos del nivel medio.
  • En este caso es el propio niño el que detecta que está desrregulado, sitúa la flecha en el nivel en el que cree que se encuentra, elige aquella actividad o estrategia que quiere realizar para regularse pudiendo incluso cambiar la que había puesto en un principio y pide un tiempo fuera, (limitado con temporizador), para realizarla.
  • Al acabar vuelve a valorar cómo está y si ya está regulado vuelve a la ocupación que estaba llevando a cabo. Si no, pide un tiempo extra para conseguirlo.

Obviamente, para poder utilizar esta herramienta de regulación sensorial el niño debe tener acceso al panel del abanico y debe estar adaptado a las características de cada niño. ¡Espero que os sea útil!

DESCARGABLE

María Tudela, es Terapeuta Ocupacional y directora del Centro de Integración Sensorial Red Cenit

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