El uso de cuentos para la estimulación del lenguaje en niños de distintas edades y capacidades es un gran recurso para conseguir este fin. Permiten una interacción entre el niño y el adulto, favorecen la imaginación, provocan el habla del niño y estimulan su avance.

Es importante preparar o motivar al niño por el libro o cuento previamente, hablando del tema principal del cuento u observando juntos la portada asegurándonos de motivar al niño por su contenido. Conseguiremos esto mostrando emoción para provocar el interés y que sea divertido para el niño.

Con los niños más pequeños  (1-2 años) es preferible buscar cuentos para la estimulación del lenguaje con imágenes de objetos o elementos que llamen la atención del niño, y con los que podemos ampliar el vocabulario, enumerando los elementos que aparecen (libros de animales, vehículos, etc., que elegiremos en función de los gustos del niño). A estas edades a los niños les gusta ver los mismos libros una y otra vez, cosa que aprovecharemos para ir utilizando técnicas como la inducción de palabras para provocar que el niño denomine objetos que ya nos han oído decir en numerosas ocasiones. Progresivamente, podremos también enumerar características o acciones además de sustantivos.

Con niños todavía pequeños (2 – 4 años), buscaremos aún cuentos para la estimulación del lenguaje de imágenes, sin textos, en el que adulto y niño comparten unas imágenes sugestivas que les provocan una reacción. Es preferible que el niño verbalice lo que ve, con la ayuda o la incitación del adulto, con pequeñas preguntas o comentarios del dibujo. No se trata de “leer en voz alta un relato” sino de mirar y comentar las imágenes de un libro. Para mejorar la riqueza de interacción con el niño es mejor que el adulto se sitúe junto o frente al niño, para facilitar así el contacto ocular, la atención conjunta sobre el libro y el diálogo entre niño y adulto. . Inicialmente es importante también provocar la repetición del niño de nuestras palabras o frases. Más tarde, para enriquecer el lenguaje del niño, podemos utilizar estrategias como la repetición idéntica de aquello que el niño dice, la expansión repitiendo lo que el niño dice pero mejorando gramaticalmente el enunciado, o la extensión añadiendo conceptos o palabras a lo que el niño ha dicho. También podemos ir introduciendo preguntas simples primero, y más complejas después, sobre lo que vemos, quién lo realiza, qué acciones realiza, características, etc.

A partir de los 5 años los cuentos para la estimulación del lenguaje pueden  incluir textos que podemos leer además de continuar comentando con el niño todo aquello que nos transmitan las imágenes. Podemos provocar intervenciones verbales del niño dándoles mayor protagonismo con estrategias como:

  • Dejar frases en suspenso para que las complete
  • Hacer preguntas abiertas sobre lo que está pasando o lo que pasará después, al cambiar de página
  • Introducir equivocaciones en el relato para provocar la corrección por parte del niño
  • Intercalar comentarios en forma interrogativa y opiniones que estimulen la interacción conversacional con el niño.
  • Con los niños con más lenguaje se puede pedir variantes de la historia: “¿Qué hubiera pasado si…?”

Cuando el niño ya sabe leer es bueno darles la posibilidad de turnarnos con él en la lectura, por frases o por páginas, dependiendo de su nivel de adquisición de la lectura, para que sea siempre una actividad gratificante para el niño.

Convertir la observación o lectura de un libro en una rutina diaria con el niño es muy recomendable pues sirve como hemos dicho para estimular el desarrollo del lenguaje del niño, pero es además un tiempo de calidad para compartir e interactuar, y una forma de incentivar en el niño el gusto por la lectura en un futuro cercano.

Rosa Blay, es pedagoga y logopeda en Red Cenit Valencia